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Las tensiones comerciales y el proteccionismo están redefiniendo el comercio global y obligan a las empresas a cambiar sus estrategias.

En los últimos años, las tensiones comerciales entre grandes potencias, especialmente entre Estados Unidos y China, han escalado de forma significativa. Estas disputas, que incluyen aranceles, controles de exportación y otras barreras, no solo están redefiniendo el comercio internacional sino también provocando una creciente fragmentación de la globalización. Este artículo analiza cómo el proteccionismo obliga a las empresas a reajustar sus cadenas de valor, qué efectos tiene para el comercio global, y qué se espera en los próximos años.

Qué está pasando: principales medidas proteccionistas

  1. Aranceles y barreras comerciales:
    Estados Unidos ha impuesto aranceles elevados sobre diversos productos importados desde China, motivados por preocupaciones de balanza comercial, prácticas industriales desleales y robo de propiedad intelectual. China ha respondido con medidas recíprocas, generando retaliaciones.

  2. Controles de exportación y restricciones tecnológicas:
    Se han establecido controles sobre exportaciones de tecnologías sensibles (como semiconductores y componentes de alta tecnología), lo que limita el acceso de empresas chinas a ciertas tecnologías estadounidenses.

  3. Medidas indirectas: subsidios industriales, reglas de origen más estrictas, cuotas y normativas no arancelarias que dificultan las importaciones. Estas medidas, aunque menos visibles, también forman parte integral del proteccionismo moderno.

Efectos sobre las cadenas de valor y el comercio global

Reorientación de proveedores:
Muchas empresas están buscando alternativas para esquivar los aranceles. En algunos casos, los fabricantes trasladan su producción o el origen de ciertos componentes a países con menor carga arancelaria. Estrategias como el modelo “China+1” son cada vez más frecuentes.

Incremento de costos y plazos:
Las barreras arancelarias y las restricciones de exportación elevan los costos de insumos, alargan los tiempos de entrega y aumentan los riesgos logísticos. Esto afecta directamente la competitividad, sobre todo en productos sensibles al precio.

Fragmentación del comercio internacional:
En lugar de una globalización integrada, se observa la formación de bloques comerciales rivales o “economías amigas”. Las alianzas estratégicas se vuelven esenciales, mientras que algunos mercados se vuelven menos accesibles para ciertos exportadores.

Pérdidas de eficiencia y bienestar global:
Diversos estudios han calculado pérdidas de bienestar económico tanto para EE.UU. como para China, así como para terceros países insertos en las cadenas globales de valor.

Perspectivas y riesgos a futuro

Mayor “decoupling” tecnológico:
La rivalidad entre EE.UU. y China continuará intensificándose, con nuevas restricciones sobre chips, inteligencia artificial, software y hardware. Esto podría conducir a un mayor aislamiento tecnológico en ciertos sectores.

Consolidación de bloques comerciales:
Es probable que se fortalezcan los bloques basados en afinidades políticas o tecnológicas (por ejemplo, entre países occidentales o en la región Asia-Pacífico), profundizando así la fragmentación global.

Presión por mayor resiliencia empresarial:
Las compañías deberán invertir en diversificación de proveedores, capacidades de producción local y mayor flexibilidad logística para mitigar shocks comerciales.

Impacto en economías emergentes:
Regiones como Asia y Latinoamérica podrían beneficiarse al atraer inversión como parte del redireccionamiento de cadenas de valor. Sin embargo, corren riesgos si dependen demasiado de las exportaciones hacia China o EE.UU.


Las tensiones comerciales entre grandes potencias y el resurgimiento del proteccionismo están transformando profundamente el comercio internacional. Las cadenas de valor se están rediseñando, los bloques comerciales se consolidan y la globalización se fragmenta mientras los países buscan proteger su soberanía económica y tecnológica.

Para las empresas, esto implica un llamado urgente a adaptarse: diversificar sus fuentes de suministro, reducir la exposición a aranceles, e invertir en innovación y resiliencia.

Recuerda que OLA Branding es tu aliado número uno para entender, comunicar y navegar las tensiones comerciales. Si te gustó este artículo te invitamos a leer nuestro blog para más temas interesantes. Síguenos en LinkedIn para estar siempre al día con negocios internacionales, tips de internacionalización y nearshoring.

Fuentes:

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