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México, Chile, Colombia, Perú… veinte países similares pero con distintas oportunidades de negocios.

Cada país es único: su comida, sus costumbres y hasta la forma en que se comunican sus habitantes. Pero si se habla de una región, hay rasgos que unen a una decena de países. Latinoamérica, por ejemplo, la une un sinfín de rasgos culturales como el idioma, los valores y sobre todo, las necesidades y requerimientos que comparten los 20 países de la región.

El ADN de Latinoamérica existe, pero no es único. Hay particularidades para cada una de las microrregiones que conforman este maravilloso territorio. Empecemos por dilucidar entre cada uno de estos trozos de un pastel, mostrando semejanzas y diferencias:

1. Uso de dispositivos móviles. ¡Latinoamérica está unida! Y desde luego, conectada a internet. De acuerdo con cifras de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), la penetración de teléfonos móviles conectados ha pasado de 51.5% de dispositivos por cada 100 habitantes a 80.9% en 2018.

En promedio, 65% de los habitantes de la región cuenta con una conexión a la red. Pero no es una cifra única. Si lo analizamos por subregiones, los países de la región de Centroamérica, como El Salvador, Honduras y Nicaragua están por debajo del promedio regional. En cambio, países del cono sur como Brasil, Argentina y Perú superan por mucho el promedio, con tasas de conectividad de 88%, 77% y 74%, respectivamente.

La disponibilidad de una conexión a internet marca por completo el desarrollo de los negocios en estas subregiones. En países del cono sur, el desarrollo de emprendimientos con componente económico crece a tasas de entre 20 y 35% al año. ¿Qué pasa con los países de Centroamérica y el Caribe? Las necesidades no son necesariamente menos tecnológicas, pero requieren de un esfuerzo para acercar servicios, como bancarización o acceso a servicios de salud. ¿Cómo? La respuesta también está en los dispositivos móviles, justo al alcance de la mano.

2. Migración. Latinoamérica es una región de migrantes. De acuerdo con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe(Cepal), México y Centroamérica encabezan la migración a Estados Unidos, destacando las circunstancias económicas y políticas de la región en las últimas décadas, creciendo a una tasa de 35% a mediados de 2017.

Pero no se trata de ver este fenómeno como el desplazamiento de habitantes de una microrregión que busca desplazarse a Estados Unidos. En América del Sur, la historia es distinta: el movimiento de personas, según la Cepal, se da entre los países de la propia subrregión no solo por acuerdos políticos, sino por condiciones económicas y de acceso a necesidades educativas y de salud.

3. Oportunidades para las mujeres. Más de la mitad del talento necesario para el crecimiento de la región está siendo desaprovechado. Pero no en todos los países se da del mismo modo. Según el último informe sobre la brecha de género del Foro Económico Mundial, Nicaragua está dentro de los primeros cinco países en cuanto a igualdad de género en los negocios.

Pero haciendo un zoom en cada una de las microrregiones, encontramos que los países del Cono Sur y el Caribe se encuentran por debajo de los 50 primeros lugares en el mundo. En cambio, naciones centroamericanas como Costa Rica, Bolivia y Bahamas, muestran una tasa de inclusión mucho más alta.

Pero no solo se trata de un discurso de género en la región. Actualmente existe una correlación entre el número de mujeres con presencia en el liderazgo corporativo y la rentabilidad de las compañías, ya que empresas con mayores porcentajes de mujeres en los consejos de administración superan a aquellas con un número menor en 53% en rentabilidad del capital y 42% en ventas.

Latinoamérica es una región con un horizonte amplio en posibilidades, pero donde no siempre se habla del mismo modo. Comprender el desarrollo y las necesidades de cada una de las microrregiones que la componen pueden hacer la diferencia entre un aterrizaje forzoso y un sano establecimiento.

Fuente: www.expansion.mx

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