La inflación anual en México acentuó su tendencia a la baja en la primera quincena de agosto y está cada vez más cerca de la meta del Banco de México.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) tuvo una variación de 3.29 por ciento anual durante la primera quincena de agosto, lo que representó su menor nivel desde la segunda quincena de diciembre de 2016, fecha en la que la inflación se estableció en 3.24 por ciento, informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La información dada a conocer fue menor a lo estimado por analistas consultados por Bloomberg, quienes esperaban una variación de los precios de 3.5 por ciento a tasa anual.
De esta forma, la inflación está a ‘unos pasos’ de alcanzar la convergencia de 3 por ciento fijada por el Banco de México (Banxico), cuyo objetivo prioritario, por ley, es mantener una inflación baja y estable.
El comportamiento observado en los precios de los energéticos, en algunas frutas y verduras, y la desaceleración económica, favorecieron la tendencia a la baja.
Raymundo Tenorio, catedrático del Tec de Monterrey, destacó el papel del Banxico en la disminución de la inflación, ya que gracias a las coberturas cambiarias y a las subastas, han logrado que los cambios abruptos que ha sufrido el tipo de cambio durante las últimas semanas no se transfirieran a la formación de precios.
“La desaceleración económica que sufre el país también ha provocado que las familias mexicanas disminuyan su consumo, sobre todo por la menor generación de empleos, además la menor demanda de consumo por parte del gobierno también ha generado una menor presión en los precios”, agregó.
Sergio Negrete, catedrático del ITESO, afirmó que no hay forma de negar que la desaceleración económica impacta a los precios, ya que ante una menor demanda agregada hay menos presión para que la inflación suba.
“En un ambiente de desaceleración donde se ha despedido mucha gente, donde el sector privado no está contratando personal nuevo, se reduce la presión salarial, lo que conlleva a que las empresas no suban sus precios”, dijo.
El principal factor de que la inflación se encuentre en su menor nivel en los últimos dos años con 8 meses, se debe a que los precios de la balanza no subyacente (aquel componente que toma en cuenta el comportamiento de los precios de productos de alta volatilidad como los energéticos y los agropecuarios), registraron un alza de 1.72 por ciento anual, lo que significó su menor incremento desde la segunda quincena de agosto de 2016.
Los energéticos presentaron una disminución de precios de 1.02 por ciento en comparación del mismo periodo del año anterior.
No se veía una contracción de precios más alta de la segunda quincena de junio de 2016, cuando sus precios reflejaron una caída de 1.68 por ciento anual.
Para analista de Grupo Financiero Banorte, esta disminución de precios en los energéticos se debe al compromiso del gobierno federal de mantener la electricidad y gasolina al menos constante en términos reales, además de que se comparó con un efecto de base favorable. En cifras quincenales, la inflación no subyacente hace un año fue de 8.5 por ciento anual, subiendo hasta 9.4 por ciento en la segunda quincena de septiembre.
“Es probable que este componente continúe apoyando la baja de la inflación general”, señaló la institución financiera.
De manera particular, el gas doméstico LP presentó una disminución en sus precios de 11.74 por ciento anual, mientras que el gas doméstico natural se mantuvo sin cambios aparentes respecto a la quincena anterior, con un aumento de 0.27 por ciento anual.
La electricidad reflejó un ligero repunte de 1.22 por ciento a tasa anual, cifra ligeramente superior al 1.02 por ciento registrado durante los quince días previos.
Los combustibles también mostraron resultados a la baja.
La gasolina Magna reportó una inflación de 2.06 por ciento anual (su menor nivel desde la primera quincena de septiembre de 2016), mientras que la gasolina Premium arrojó un incremento de 2.84 por ciento anual. No se había observado un menor aumento de precios desde la primera de quincena de enero de 2018 .
Por otra parte, la balanza subyacente continuó dando muestras de resistencia a la baja, al ubicarse en 3.77 por ciento a tasa anual durante los primeros quince días de agosto.
En la variación quincenal, la inflación reportó una disminución de 0.08 por ciento frente a la quincena inmediata anterior.
Los productos que más aumentaron de precio durante la quincena fueron el limón (18.52 por ciento), la naranja (8.19), la papaya (7.48), el huevo (3.40) y los costos universitarios (1.38).
Este efecto fue compensado con la disminución de precios en diversos productos como el transporte aéreo y la cebolla (10.89 y 14.37 por ciento, respectivamente). A su vez, el pollo y el aguacate ya se pudieron encontrar un poco más baratos, al registrar disminuciones de 6.25 y 8.83 por ciento, en cada caso.
En la primera mitad de este mes los precios al consumidor disminuyeron 0.08 por ciento, una baja sin precedente para un mismo lapso desde que hay registros para este indicador, a partir de 1988.
Margen para el recorte de Banxico
La sorpresiva caída en la inflación contribuye a mejorar las condiciones para que el Banco de México pueda recortar su tasa de referencia en caso necesario.
“Un escenario benigno de inflación apoya posibles recortes adicionales en la tasa de referencia de Banxico”, indicaron analistas de Banorte.
Las tasas de interés implícitas en el mercado, tras darse a conocer el dato de inflación, se tiene que la tasa de referencia del Banco de México se podría ubicar en 7.67 y 7.29 por ciento para los próximos tres y seis meses, de acuerdo con cifras publicadas por Bloomberg.
Las tasas implícitas apuntan a un ciclo de baja en el costo del dinero, a contracorriente de la postura dominante en el banco central.
Para los especialistas, la combinación de una menor inflación con la expectativa de nuevos recortes por parte de la Fed, serán factores que incidirán para que el Banco de México hile su segundo recorte tan pronto como el próximo mes.