Además de fortalecer el encadenamiento industrial automotriz y plantear una nueva agenda de política laboral, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) también le traerá a México una ola de reformas legislativas que fortalecerán el estado de derecho y mejorará el clima para hacer negocios en el país, afirmó Luz María de la Mora, subsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía.
El próximo 30 de abril ya deben quedar aprobados los ajustes a las leyes mexicanas que se prevén ante la inminente ratificación estadounidense del T-MEC, mismo que entrará en vigencia en el segundo semestre del año.
Así lo ratificó al diario El Economista, Luz María de la Mora, Subsecretaria de Comercio Exterior. “Somos responsables (la Secretaría de Economía) de asegurarnos de que todos los compromisos que México asumió en el T-MEC estén reflejados en la legislación nacional. Estamos trabajando desde hace meses en el paquete legislativo del T-MEC con la Cámara de Diputados, el Senado y diferentes dependencias para hacer los ajustes respectivos”.
Entre las leyes que serán ajustadas están:
- Ley de normalización.
- Ley de propiedad industrial.
- Código Penal para endurecer las penas en materia de piratería, e inclusive cambios que permitirán fortalecer el Sistema Nacional Anticorrupción, pues este tema fue uno de los ejes transversales del tratado.
De igual forma habrá anexos sectoriales que se van a implementar, así como cambios significativos en temas referentes a los certificados de origen que anteriormente eran otorgados por la Secretaría de Economía y ahora se implementará un sistema de autocertificación.
Reglamentaciones uniformes
El diseño de reglamentaciones uniformes, permitirá tener interpretaciones comunes sobre lo negociado en el T-MEC, como las reglas de origen, específicamente las del sector automotor, textil o confección que requieren mayor detalle.
El sector automotriz es el que más transformaciones sufrirá, pues se endurecerá su regla de origen de 62.5 a 75 por ciento. Estas reglas de origen “ya están previstas en el T-MEC y está definido cómo se va a promediar el contenido regional para definirlo (por coche, planta, etcétera). Pero sí hay precisiones que hacer, por ejemplo, en el valor de contenido laboral, que va a ser de 40 por ciento”. La industria mexicana, representada en este caso por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz y la Industria Nacional de Autopartes son quienes se están encargando de asesorar en el tema.
En principio, De la Mora dice que, con sus reglas de origen más duras, el T-MEC abre la oportunidad para atraer más inversiones, pues se requerirá de un mayor contenido regional en los automóviles comerciados dentro de América del Norte.
“Si bien estas reglas automotrices están orientadas a una mayor integración en América del Norte y a impedir la importación de insumos de terceras regiones, una ventaja es que para poder atender el mercado de Estados Unidos, se requerirá mayor inversión productiva que genere esas cadenas de valor”, dice la subsecretaria.
Además, para seguir vigentes con la nueva generación de manufactura de vehículos eléctricos y autónomos, la subsecretaria dijo que México, a través de la acción del Estado, debe asegurarse de cumplir con algunas condiciones, principalmente en los ámbitos energético, de capital humano e infraestructura.
“Tenemos que asegurarnos de que el sector energético sea un sector que puede ofrecer las condiciones de competitividad que requiere la electromovilidad. Necesitamos asegurarnos de que vamos a tener los recursos humanos para poder dar el salto cualitativo y, finalmente, garantizar infraestructura para el transporte”, detalla.
T-MEC no impide negocios con otros países.
Debido a su regla de origen más alta en el sector automotriz, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) fortalecerá la integración de México con sus socios de América del Norte, pero ello no impide que el país diversifique su comercio, asevera Luz María de la Mora, subsecretaria de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía.
Para la funcionaria, si bien es cierto que el grueso del comercio del país se concentra en el subcontinente, el margen que queda es lo suficientemente atractivo como para seguir buscando nuevos mercados.
“El margen hace mucho. Si vemos los datos de comercio hoy, el comercio de México es más o menos de 930,000 millones de dólares, de esa cantidad 600,000 son intercambios con Estados Unidos. Es decir, tenemos una tercera parte de comercio que no es con Estados Unidos, es cierto que mucho es importación, pero fundamentalmente de insumos y bienes de capital, porque México es parte de la fábrica global”, menciona De la Mora.
Refiere que ese margen de diversificación se ha dado gracias a la apertura comercial del país, que le ha permitido aprender a hacer negocios en otras latitudes. “Hemos aprendido a exportar y a invertir en el exterior. Eso nos tiene que ayudar a diversificar”, afirma.
Con información de El Economista