La República Checa reafirmó su confianza en México, como su principal socio en América Latina, con la intención de aumentar el intercambio comercial y la inversión en el mercado de esta región, aseguró el ministro de Asuntos Exteriores de la República Checa, Tomáš Petříček.
Durante una visita de trabajo a México, el ministro enfatizó que en 2018 el comercio bilateral alcanzó los 2 mil millones de dólares, mientras varias empresas checas comenzaron a realizar inversiones en México, principalmente en el sector automotriz, aunque también existe un creciente interés en los ámbitos agro-alimentario y de la salud.
En entrevista exclusiva para El Financiero, realizada en la sede de su embajada en México, el canciller checo consideró que hay margen para que el referido intercambio comercial bilateral aumente a partir de la modernización del Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM), cuya firma se prevé el próximo año.
“Para nosotros México representa una invaluable puerta de entrada hacia el mercado latinoamericano y de cara a la ratificación del T-MEC con Estados Unidos y Canadá, también es un destino de creciente interés para la inversión, sobre todo para aquellos países que pretenden penetrar el complejo mercado norteamericano”, dijo.
El diplomático resaltó la importancia del intercambio académico y el fomento al turismo, ya que el flujo de visitantes de su país a México va en aumento. Por otra parte, indicó que la capital, Praga, recibió el año pasado 8 millones de visitantes internacionales, por lo que ven potencial para que la República Checa empiece a despuntar como uno de los lugares preferidos entre los mexicanos que viajan a Europa.
Petříček fue recibido el 16 de octubre por el canciller Marcelo Ebrard, y además de tratar temas de comercio, reiteró el interés de su país por estrechar los lazos de cooperación en materia de política exterior, defendiendo sus intereses comunes en instancias como la ONU.
De igual forma, existe un interés por promover la cooperación en el ámbito aeroespacial con el Ejército y la Marina de México, ya que la República Checa no solo es considerada una de las naciones más industrializadas del mundo, sino que figura entre los siete países capaces de fabricar un motor aeroespacial.
